La mayor colección de obras de Daniel Zuloaga (Madrid, 1852- Segovia, 1921) gran artista, muy afamado hace un siglo, de una gran trayectoria, primer gran artista de esta disciplina en España, la podemos ver no en salas de museos, donde las piezas son conservadas y cuidadas como se merecen sino en un restaurante a las afueras de Segovia, almacenadas y sobre las mesas de banquete, sus dueño con gran espero trata de conservarlas pero reflexionamos, por qué estas piezas anda de aquí para allá cuando su verdadero lugar debería ser un museo español, donde el resto de los españoles podamos admirar y estudiar tan magnifica y excepcional colección.
Esta colección que consta de mas de 700 piezas, donde podemos ver las piezas mas increíbles inherentes al artista desde piezas de reflejo metálico, a impresionantes piezas modernistas y pintura regionalista que nada tiene que enviar a su sobrino Ignacio Zoluaga a la que la historia le ha tratado mejor y es mucho mas reconocido, y alcanza siempre en subasta buenos precios.
En vida, Daniel era un célebre ceramista dentro y fuera de España, un personaje bohemio y novelesco muy conocido con su taller Segoviano, por donde pasaban los intelectuales mas importantes del 98, Valle-Inclán, y Gómez de la Serna, Marañón… También impulsó la Universidad Popular de Antonio Machado en la ciudad castellana. “Así era el brujo de San Juan de los Caballeros, el que hacía oro con el barro, el locuaz caballero de blancas y luengas barbas, Daniel Zuloaga”, escribió Valle-Inclán.
Daniel y sus hermanos habían estudiado los secretos de la cerámica en la exclusiva y restringida escuela de Sèvres, en Francia, y fueron los primeros en España en elevarla de artesanía a arte como podemos ver a través de esta colección. El cambio de siglo fue el mejor momento para las artes decorativas en España, con la arquitectura modernista, y Zuloaga dejó su toque mas personal en el Palacio de Cristal del Retiro, el Ministerio de Agricultura en Madrid y más de 400 obras en edificios de toda España.
Tras abrirse el museo en Segovia, en 1949, las deudas llevaron a los herederos a diferentes pleitos que solo se resolvieron en 1994. Al final, lograron conservar la obra y la vendieron a su propietario actual la extraordinaria colección donde hoy puede verse en las mesas de banquete del actual restaurante donde se encuentran y que puedes admirar mientras disfrutas de la tradicional cocina Segoviana